Tomar la responsabilidad del propósito de mi vida
como ser humano, es un concepto que hoy es difícil de asimilar, a pesar
que el sentido de vida pareciera ser una moda, la realidad es otra.
La
realidad es que muchas persona tienen un vació existencial que les
impide disfrutar de cualquier actividad en su vida, a veces ese vació
los lleva a la neurosis de tal manera que nada de lo que hacen les
satisface, y entonces las actividades diarias se convierten en un
verdadero suplicio.
Nada tiene sentido y difícilmente puedo darme cuenta porque, a veces somos valientes y acudimos en búsqueda de apoyo profesional y otras veces nos convencemos a nosotros mismos que ya pasara.
Nada tiene sentido y difícilmente puedo darme cuenta porque, a veces somos valientes y acudimos en búsqueda de apoyo profesional y otras veces nos convencemos a nosotros mismos que ya pasara.
Sin embargo no pasa nada, y es en ese momento que la luz
surge como un pequeño rayo de esperanza en forma atrevernos a darle el
sentido que queremos de nuestra vida, haciendo lo que nos permite
sentirnos plenos y satisfechos, no como el fin último, sino como el
medio para crear y darle sentido a los momentos que estoy viviendo.
Darle la oportunidad a mi corazón de manifestar sus más profundos deseos y sentirse satisfecho por decirlos y poner acción en conseguirlos, solo atreviéndome a ver mi vida en perspectiva y con la inteligencia del corazón es lo que me permitirá encontrar el sentido de mi propia existencia, darle el propósito que me dicta el corazón.
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